Futuros sacerdotes diocesanos

02 Dic

Futuros sacerdotes diocesanos

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Fernando Gómez Fuentes y José Joaquín Martínez Ramírez (en la foto junto a una imagen de la Inmaculada en el Seminario Diocesano), serán ordenados presbíteros en la Catedral el martes 8 de diciembre a las 17:30 h. y será retransmitido en directo por el Canal de Youtube de la Diócesis de Coria-Cáceres

¿Cómo te sientes en tu ordenación?

(Fernando) Me siento primeramente agradecido al Señor por haberme llamado y por haberme sentido acompañado por él todo este tiempo de seminario. Sin él no hubiera sido capaz de llegar a este momento. Le agradezco a su vez a la Iglesia que haya confirmado mi vocación al sacerdocio y también a todos los formadores y a todas las personas que me han acompañado durante este tiempo. Me encuentro satisfecho conmigo mismo por el trabajo realizado en el seminario; creo que he trabajado y que he luchado más de lo que yo realmente me podía imaginar. Por último, me siento feliz, en paz y expectante ante la nueva vida que me espera.

(José Joaquín) Con mucha ilusión, puesto que ha llegado el momento definitivo de mi SÍ a la llamada que el Señor me hizo una vez y a la cual respondí y que a pesar de muchas dificultades, nunca di paso atrás porque sé de quién me he fiado.

¿Cómo has vivido estos meses de pandemia en el seminario en esta recta final de tu formación?

(Fernando) La verdad es que la pandemia, en cuanto a mi forma de vida, no ha producido grandes cambios. Llevo más de siete años confinado en el seminario y las restricciones impuestas no han modificado nada de mi vida cotidiana. Aquí se vive una vida tranquila de estudio, oración y comunidad, sin grandes salidas, ni reuniones sociales.

(José Joaquín) A pesar de la situación en la que  vivimos, trato de vivirlo con mucho entusiasmo, con esperanza y orando incesantemente. Sé que es un tiempo difícil, un tiempo de sufrimiento para la humanidad;  pero como hombre de fe, tengo la esperanza de que todo pasará porque el Señor no abandona a sus hijos; sobre todo en momentos de dolor. Él siempre está con nosotros y nosotros con Él si vivimos a la escucha de su Palabra y la hacemos vida en este mundo tan colapsado.

¿Qué pasaje del Evangelio o cita tienes en mente en este momento tan importante de tu vida?

(Fernando) Yo diría algo tan sencillo como el salmo 117: “dad gracias al Señor porque es bueno porque es eterna su misericordia.” En ocasiones y quizás más en estos tiempos, el hombre desconfía del amor de Dios, y eso, además de ser una gran mentira, es un gran pecado. Si sólo amamos a Dios en nuestros buenos momentos, nunca nos encontraremos con la fe y el amor que resucita a los muertos.

(José Joaquín) El texto de la Primera Carta del Apóstol San Juan capítulo 3 versículo 16: “En esto hemos conocido el amor: en que Él dio su vida por nosotros. También nosotros debemos dar nuestra vida por los hermanos”. Verdaderamente esa es la vida del sacerdote, entregar su vida entera por los pobres, por los débiles, los marginados, los excluidos de la sociedad y hacer brillar la justicia, pero sobre todo el amor.

¿Cuál quieres que sea tu estilo como sacerdote?

(Fernando) Me gustaría ser ante todo un hombre de Dios que ayude a otras personas a encontrarse con Jesucristo y que anuncie con valentía la verdad de nuestras vidas y el destino del hombre, que no es otro sino Dios. Este sería uno de mis objetivos: el orientar las vidas de los hombres hacia Dios. Ser un pescador de hombres para el Señor, un misionero de la misericordia y de la paz de Dios para la humanidad. Sólo Dios sabe lo que tiene reservado para mi ministerio y seguramente no sea lo que uno imagina y quizás tampoco lo que más uno desea, pero sí lo mejor para mí y para los demás. Ojalá el celo por las almas y la caridad hacia el prójimo me acompañe durante el resto de mi vida.

(José Joaquín) Quiero ser un sacerdote alegre, cercano a las personas, creativo y  misericordioso. Me gustaría que la gente se refiera a mi ministerio de la misma forma en que el Papa Francisco pide a los ministros de la Iglesia: “Pastor con olor a oveja, que sepa acompañar, fiel y obediente a la Iglesia”. Así, seremos verdaderos testigos de Jesucristo en el mundo.