Todos custodios del Seminario

15 Mar

Todos custodios del Seminario

Entrados en el mes de marzo, como todos los años, celebramos el mes vocacional del Seminario y el día del Seminario, siempre enmarcado en la solemnidad de San José, esposo de la Virgen, padre adoptivo de Jesús, aunque se celebre el domingo posterior, este año día 21, dónde se recordará en todas las celebraciones parroquiales la importancia que tiene para la Diócesis la familia del Seminario como cantera de nuevas vocaciones sacerdotales.

En este curso tiene una resonancia especial, ya que el papa Francisco el día 8 de diciembre de 2020 declaró el Año de San José hasta diciembre del 2021. Ese día de la Inmaculada se cumplían 150 años desde que el beato Pío IX proclamara a san José como patrón de la Iglesia católica y, con este gesto, el papa Francisco ha querido perpetuar esta dedicación de la Iglesia a la custodia de san José.

El lema elegido para la campaña del Seminario de este año, «Padre y hermano, como san José», quiere reflejar cómo los sacerdotes, forjados en la escuela de Nazaret, bajo el cuidado de san José y la mano providente de Dios, son enviados a cuidar la vida de cada persona, con el corazón de un padre, sabiendo que, además, cada uno de ellos es su hermano, a quien tienen que servir como lo haría Jesucristo.

Nuestro seminario cuenta con tres seminaristas mayores y cuatro seminaristas menores. Sumamos también tres seminaristas en familia. Esto nos lleva a la esperanza en tiempos difíciles para la escucha de la llamada de Dios, puesto que Él sigue llamando, pero no se le responde. Esta es la “casa de la llamada”. Así como San José es conocido por ser custodio y protector del Seminario, respondiendo como el evangelio nos presenta gráficamente a su llamada personal con gran diligencia, todos nosotros contamos con una llamada en relación al Seminario como custodios. Al leer esto en tiempo de Cuaresma, se nos suscita una pregunta para nuestra reflexión penitencial ¿Cómo soy custodio del Seminario?

Custodiamos al Seminario orando por todos sus miembros y por las futuras vocaciones: a través de esta relación con Dios, vivimos en cercanía y diálogo con Cristo, uniéndonos a su sacrificio en la Cruz, pedimos por nuevas vocaciones: “Entonces dijo a sus discípulos: La mies es mucha, pero los obreros pocos. Por tanto, rogad al Señor de la mies que envíe obreros a su mies” (Mt 9, 37-38). Es una de las prácticas cuaresmales que se convierte en mandato de Jesús para alcanzar la gracia de nuevas vocaciones. Durante este tiempo intensificaremos la oración rogando al Señor por esta intención. Así como por la perseverancia y santidad de los seminaristas y los formadores.

Custodiamos al Seminario despojándonos de nosotros mismos para dar paso a la generosidad de vida: en nuestras parroquias conocemos a niños, jóvenes y personas con grandes dotes y carismas, con inquietudes religiosas, que podrían ser llamados al sacerdocio. Necesitan de una orientación y empuje explícito hacia la vocación. Muchas veces nos guardamos la ropa para no significarnos mucho en este sentido por susceptibilidades o por respetos humanos, paralizando la propuesta de la vocación. Seamos generosos y valientes para plantear este estado de vida dentro de la Iglesia sin temores ni complejos. También las familias creyentes están convocadas por Dios como iglesia doméstica a ser generosas para compartir a sus hijos si se definen por este camino vocacional. Este modo de colaborar con el Seminario entraría dentro de la práctica cuaresmal del ayuno y la abstinencia ¡qué mayor generosidad que dedicarse al prójimo o ayudar a compartir la propia vida!

Custodiamos al Seminario contribuyendo con nuestra caridad a sostenerlo en sus recursos: dar lo que tenemos nos ayuda a unirnos a la entrega generosa de Cristo en la Cruz por todos los hombres. Hace relación a la práctica cuaresmal de la limosna. Hay muchas formas de ayudar en sus necesidades a nuestro seminario, a través de donaciones directas en las cuentas bancarias Liberbank: ES69 2048 1200 1934 0001 3370 ó Banco SabadellAtlantico: ES12 0081 7840 6900 0117 9726; o por la web https://www.donoamiiglesia.es; o por  “Bizum 02048”; o pidiendo intenciones de Misa enviando un WhatsApp al móvil 608 60 22 24 y tu donativo al ya mencionado “Bizum 02048”. Las vocaciones que tenemos en el Seminario mayor han tenido que ser importadas de otros países por la falta de vocaciones nativas. Estos chicos generosos han dejado patria, familia y bienes en sus lugares de origen. Vienen con una maleta y sin recursos económicos. Los seminaristas menores son diocesanos, pero sus familias no pueden contribuir con la cuota mensual íntegra, más aún por la situación que estamos padeciendo por la pandemia. Los únicos ingresos propios con los que contamos son una aportación anual que nos otorga la Conferencia episcopal española, la colaboración de los amigos del Seminario y algún donativo generoso puntual. Para poder pervivir el Seminario, haciendo frente a los gastos cotidianos esenciales de cualquier institución de esta índole (alimentación, electricidad, agua, personal de cocina, personal de limpieza y mantenimiento), necesita una contribución más abultada. Contamos con tu caridad de custodios.

Como podéis comprobar todos contamos con una llamada con respecto al Seminario, la “casa de la llamada”. Esta vez nos la muestra San José. Ser custodios de un lugar imprescindible para el futuro de nuestra iglesia particular. Cuaresma – Día de San José – Día del Seminario se entrecruzan para enseñarnos a ser protectores de esta casa. Aprendiendo de San José ponte manos a la obra para custodiar este Nazaret. Gracias.