Despedida del Rector Saliente
“A TODO: AMÉN”
“Siervos inútiles somos, pues lo que debíamos hacer, hicimos” (Lc 17, 10)
Doy gracias a Jesucristo Resucitado por haberme confiado esta labor y sólo puedo decir: “siervo inútil soy, pues lo que debía hacer, hice”.
Doy las gracias a Monseñor D. Francisco Cerro Chaves; doy las gracias a los diferentes equipos del Seminario que han convivido conmigo durante estos años, especialmente a D. Jesús Luis Viñas, a D. Ángel Maya Talavera y a D. Antonio Campos García, mi actual equipo; doy las gracias a las Hijas de Santa María del Corazón de Jesús por su labor callada y eficaz; doy las gracias a todos los seminaristas que han pasado por este centro de formación y a los actuales, de quienes he aprendido tanto; doy las gracias a todos los sacerdotes diocesanos, que han considerado siempre esta casa como “el corazón de la diócesis”; doy las gracias a todos las personas que han apoyado el Seminario, a la Asociación de Amigos del Seminario, Voluntarios del Seminario, Asociación Radio María, fieles todos que han participado de esta misión como suya; al personal del Seminario: limpiadoras, mantenimiento, personal de cocina; a todos los grupos que habéis frecuentado estas renovadas instalaciones; todos sois la familia del seminario, gracias por hacer realidad este hogar semillero de futuros pastores.
El cambio entra dentro del curso natural de las cosas, forma parte de la vida, han sido doce años muy laboriosos. Además, el obispo tiene el deber de elegir a su equipo del seminario, según el diseño que quiere plasmar en la realidad pastoral que ha asumido como pastor. Aunque mis preferencias quedan en un segundo plano en estos momentos, sí quiero decir que, si el obispo me hubiera mandado estar uno o dos años más en esta misión hubiera aceptado con alegría; así mismo, si me dice que me necesita en otro destino, me adhiero a su voluntad con gran gozo. Mi disponibilidad es total a la iglesia y al Señor.
Estoy muy contento con el equipo propuesto por Monseñor D. Jesús Pulido Arriero. D. Roberto Rubio Domínguez, como nuevo rector, es un sacerdote trabajador, que cuenta con un gran don de gentes y tiene mucho gancho con los jóvenes. D. David Flores Flores, como formador del seminario menor, se caracteriza por su inteligencia, jovialidad y cercanía. D. Rafael Delgado Escolano, como director espiritual, se destaca por su amabilidad, acogida y espiritualidad, ya contábamos con él en el seminario como confesor y conoce de primera mano esta casa. El seminario ganará mucho con la presencia de estos buenos servidores.
Deseo con todo mi corazón que el traspaso de competencias y encargos se haga lo más ordenada y acogedoramente posible. Quiero que no se encuentren desamparados en la asunción de responsabilidades. Pido ayuda a Dios y a mi equipo actual para conseguir pasar el testigo con mucho cariño y amor a mis hermanos electos para tal fin.
Siempre seré de esta casa porque todos somos seminario. A lo que hemos calificado de familia no lo podemos desterrar del corazón sin más, todos seguirán en mi oración y en mi acontecer vital. ¿Qué es lo que toca ahora? Seguir trabajando con ilusión por el seminario. De forma inmediata, nos queda el final de curso, el XV Encuentro Nacional de Seminaristas de Bachillerato y la Convivencia de Verano del Seminario Menor. De manera remota, allí donde el Señor me envíe, desvivirme por mi vocación sacerdotal para contagiar con alegría a otros la aventura apasionante del sacerdocio y llevarlos al invernadero donde se siembran las semillas que algún día crecerán fructificando en nuevos evangelizadores.
Rezad por mi para que con la ayuda de María sirva con fe y fidelidad al proyecto que Dios tenga sobre mi persona y me siga asombrando con su amor misericordioso pudiendo cantar un Magníficat con mi vida. El Señor me ha provisto en todas mis necesidades, nada temo. A todo AMÉN.
Miguel Ángel Morán Manzano.