En tiempos de pandemia podemos sacar algo bueno

03 Oct

En tiempos de pandemia podemos sacar algo bueno

El Seminario Diocesano y los Centros Académicos Diocesanos dieron comienzo a un nuevo curso el viernes 2 de octubre con la lección inaugural a cargo de D. Sergio Requena, secretario técnico de la Comisión de Seminarios de la CEE, en la que se abordó el nuevo plan de formación para los seminarios españoles.  Un curso marcado por la incertidumbre pero que según el rector del Seminario, Miguel Ángel Morán: «afrontamos con la misma alegría e ilusión que siempre. De hecho, el lema de este curso es “Aquí estoy” y “Jubileo de la Tierra, Jubileo de la vocación”».

Morán explica que el primero «quiere hacer referencia a nuestra disposición de entrega generosa a la misión que Dios y la Iglesia nos han encomendado, en el contexto concreto que estamos viviendo, la pandemia no puede quitarnos la ilusión y la alegría del corazón, nuestra fe nos enseña a vivir en todas las circunstancias a la que nos depare la vida con gran serenidad, puesto que sabemos que todo está en manos de Dios y de Él nos podemos fiar. Y jubileo, tanto de la Tierra como de la vocación, porque nos sentimos semillas, de ahí la palabra seminario, de nuevas vocaciones que tenemos que cuidar como lo debemos hacer también de la creación de Dios».

El rector del seminario destaca que incluso en tiempos de pandemia podemos sacar algo bueno cuando lo afrontamos desde la fe y la esperanza propia de nuestro estilo de vida.  Una esperanza con la que ve también la situación del seminario «mientras contemos con jóvenes generosos que quieren dedicarse al servicio de la Iglesia y de los demás, con preferencia a los más pobres, secundando una llamada de Dios».

Actualmente, conviven cuatro en el seminario mayor y cuatro en el menor. A estos hay que añadir a dos seminaristas en año de pastoral, ya diáconos, cuya ordenación presbiteral está a las puertas. También están los seminaristas en familia del seminario menor que son cinco.

«Es decir, todavía hay vida, por eso nos podemos felicitar», explica Morán, que reconoce que «siendo realistas, son pocos los que responden a la llamada de Jesús en nuestras parroquias, porque Jesús sigue llamando, pero los oídos están taponados o no sabemos interpelar a nuestros jóvenes y niños, nuestro testimonio no le insta al seguimiento de Cristo, esto requeriría confrontarnos como iglesia, para plantearnos qué propuesta vocacional transmitimos en nuestras comunidades parroquiales». Todo un reto a considerar en las filas de los creyentes diocesanos.

Ante la situación, le preguntamos por los retos del Seminario. Y lo tiene claro: «El gran reto son las vocaciones oriundas». Y es que si fuera sólo por las vocaciones diocesanas, el seminario se hubiera cerrado este año. «No podemos vivir de espejismos o de posturas de escaparate. El problema de las vocaciones en nuestra diócesis es gravísimo. Nos interroga a todos, pero especialmente a las familias diocesanas y a las comunidades cristianas», sentencia Morán, que añade: «Las Orientaciones Pastorales 2019 – 2024, nacidas del Sínodo XIV, en su punto 4.7 nos instan a recuperar la creatividad concretizadas en otro documento llamado “Orientaciones para la Pastoral Vocacional y promoción del Ministerio Sacerdotal en la Diócesis de Coria-Cáceres”, editado en el año 2013. No se ha llevado a cabo más que dos ideas de esa reflexión encarnada en la realidad de nuestra diócesis. Todo un reto que nos lleva a ser más conscientes de nuestra vida como imán para nuevos cristianos y nuevas vocaciones».